¿Qué decir de "A View From the Top Of The World",
el flamante decimoquinto registro discográfico de estudio de los
proclamados titanes del metal progresivo, que difiera un poco de lo
dicho en reseñas de discos anteriores? No mucho, para ser honesto. A
esta altura del partido, Dream Theater es, salvando las (kilométricas) distancias, como AC/DC.
Es decir una banda que si bien busca reinventarse disco a disco,
terminan cayendo siempre en la misma fórmula. Una y otra vez. Para
muchos, entre los que me incluyo, esta fórmula es la ganadora. No
podemos esperar un disco thrashero de los neoyorkinos, así "Train Of Thought" haya
sido el disco más pesado y oscuro de la banda. Ni aproximado al death
metal. Ni al heavy tradicional. Ni a ningún otro subgénero. Hoy por
hoy, Dream Theater es el perfecto sinónimo de "metal progresivo".
Cada vez que alguien habla del subgénero en cuestión, es una sola la
banda que viene a la cabeza. Claro: los de Petrucci y compañía. Incluso,
para muchos de sus detractores, decir "metal progresivo" es sinónimo de
mala palabra, de aburrimiento, de música para músicos. La realidad es
que el subgénero es muy rico como para pensar solo en Dream Theater. Aunque la realidad sea otra.
"A View From the Top of the World" es Dream Theater en
su máxima expresión musical, ampliando el sonido que ayudaron a crear,
mientras mantienen la esencia de los elementos que les han otorgado
hordas de devotos fanáticos alrededor del globo. El registro en cuestión
marca el segundo disco de estudio de la banda en ser editado bajo el
sello InsideOutMusic/Sony Music. El arte de tapa fue creado por el
eterno colaborador de la banda, Hugh Syme, quien ha trabajado con popes
tales como Rush, Iron Maiden y Stone Sour, entre
otros. El disco fue producido por el mismísmo John Petrucci, acompañado
adicionalmente por James "Jimmy T" Meslin, mientras que la mezcla y
masterización estuvieron a cargo del reconocido músico y productor Andy
Sneap, actual "hired gun" de Judas Priest para sus conciertos en vivo.
Desde el arranque, de la mano de "The Alien", primer corte dado a conocer por la banda, es inevitable pensar automática e inmediatamente en Dream Theater.
El sonido, inmaculado como siempre. Aunque personalmente percibí un
sonido mucho más pulido en los parches y platillos, comandados por el
gran Mike Mangini. De hecho, hacía tiempo que no escuchaba en la banda
un sonido tan perfecto en materia de batería y percusión. Me animo a
decir incluso que me recordó a su antecesor, el siempre inquieto Mike
Portnoy, miembro fundador de la banda pero que dejó de pertenecer a la
misma hace ya once años.
Antes que sigan leyendo, preguntándose cuánto duran los temas, el más corto es "Trascending Time", quinto track del álbum, el cual no llega a los seis minutos y medio de duración y que recuerda muchísimo a Rush. Incluso es el más melódico del disco, aunque se sabe la melodía abunda en los discos de Dream Theater.
Mientras que el más largo del opus es el último track, el cual le da
nombre al disco y que acusa la friolera de veinte minutos con veintitrés
segundos. El famoso último-tema-de-disco-de-Dream-Theater-que-se-dura-todo. Algo a lo cual la banda nos tiene sumamente acostumbrados. ¿Pero cuánto
dura todo el disco? Exactos 4215 segundos. O sea 70 minutos con 25
segundos. Es decir poquito más de una hora y diez minutos. Y estamos
hablando de tan solo siete temas. Volviendo al tema que le da nombre al
disco, al igual que todos los temas bien largos de la banda, es un
medley épico que resume en veinte minutos los setenta que dura el álbum y
en donde James LaBrie aparece recién promediando los tres minutos del
tema. Creo que a esta altura no es necesario detenerme en la cantidad de
cambios de tempo y climas a lo largo y ancho del tema. Quienes siguen a
la banda, saben exactamente a qué me estoy refiriendo. Recién a los
nueve minutos de duración, el tema se apaga, dándole respiro a la
mayoría de los músicos de la banda, quedando solo John Petrucci y un
emotivo arpegio limpio, sobre la constante base propuesta por el siempre
magnífico Jordan Rudess en teclados. Lógicamente, la calma dura poco.
Poco en relación a lo que dura el tema, porque en realidad estoy
hablando de cinco minutos de tranquilidad, lo cual puede parecer una
eternidad para muchos pero no para los Dream Theater. El final, una vez más, épico por donde se lo escuche.
Pero antes de esta verdadera obra de
arte, está "Awaken The Master", sexto tema y el segundo más largo del
disco, con sus 09:47 de duración y que se lleva el premio al track más
pesado de "A View From the Top Of The World". El único suavizante
del tema es Jordan Rudess, quien pone paños fríos sobre un tema que
explota desde el inicio y que luego se calma apenas un momento, siempre
de la mano de los teclados, que pasan a predominar. Pero que también
duran un momento, volviendo a predominar el resto de los instrumentos.
"Abordamos cada álbum como si fuera el primero", dijo LaBrie. "Ha sido un gran viaje, pero no vamos a parar". Y todo parece indicar que así será, ya que la banda planea salir de gira en apoyo del nuevo disco. La gira norteamericana de "Top Of The World Tour" comienza
el 28 de octubre en Mesa, Arizona, y termina el 14 de diciembre en St.
Petersburg, Florida. La gira hará paradas en Seattle, Chicago,
Washington, Nueva York y Orlando, entre otras. Por ahora, no hay
noticias sobre el resto de la gira, aunque no dudo que los llevará por
prácticamente todo el mundo.
Tracklist:
01. The Alien (09:32)
02. Answering The Call (07:35)
03. Invisible Monster (06:30)
04. Sleeping Giant (10:04)
05. Transcending Time (06:24)
06. Awaken The Master (09:47)
07. A View From The Top Of The World (20:23)
Duración: 70:25
miércoles, 20 de octubre de 2021
Dream Theater - "A View From the Top Of The World" (2021)
(click en la imagen para agrandar)
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