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jueves, 9 de enero de 2014

Black Metal y fútbol: la historia de Darío Dubois




Quizás el personaje más especial que escupió el ascenso argentino en su larga historia. Se hizo conocido por haber salido a jugar algunos partidos con la cara pintada, pero detrás del maquillaje y sus habituales excentricidades, se escondía la cabeza de un tipo muy inteligente, buen compañero, humilde y crítico del ambiente contaminado del fútbol.

De valores bien firmes, se encargó de dejar en evidencia las miserias que habitan entre los jugadores y los dirigentes. Peleó dentro de la cancha hasta quedar exhausto. Y fuera de ella imitó la postura. Hasta que un mal día, se fue de este mundo en un episodio no esclarecido en el que recibió dos balazos.

Se había iniciado en Yupanqui en 1994 y después vistió diferentes camisetas del ascenso, como la de Atlético Lugano (1995/97 y 2001), Ferrocarril Midland (1998/99 y 2001/02), Deportivo Riestra (1999/2000), Laferrere (2000), Cañuelas (2001) y Victoriano Arenas (2002/04).

Sus anécdotas se cuentan de a montones. Quizás la más llamativa tiene que ver con la máxima locura que se haya visto alguna vez en un estadio argentino. Darío, incentivado por el Black Metal, se pintó la cara cuando jugaba en Midland para afrontar un clásico ante Argentino de Merlo. La práctica no quedó ahi. La repitió varias veces hasta que se lo prohibieron.

Consultado por el Diario Olé, dio su parecer:

- ¿Que te hace sentir?
- Me da polenta. Te pintás, salís para guerrear y los matás a los rivales (NdR: en esta temporada, jugó veintidos partidos y sólo vio cuatro tarjetas amarillas)

- ¿Qué dicen tus compañeros?
- Lo toman con humor. En cambio, los rivales me deliran a dos manos. Algunos hasta se asustan.

- No te gusta el fútbol?
- No me gusta jugar. Lo hago porque es muy competitivo y me entreno mucho. No como carne roja, no fumo, no tomo alcohol ni drogas. Nunca lo hice. Además, la poca plata que gano me ayuda. Mi posición económica es desastrosa.

- Y cuando dejes de jugar?
- Me gusta el golf, pero no tengo filo (se ríe). Vivo mi presente de músico (tiene una banda y toca en pubs) y futbolista. Si mañana tengo que trabajar de gay en un puterío, lo voy a hacer.

- Sos homosexual?
- Está abierto a que todos piensen lo que quieran. Yo sé muy bien lo que hago con mi cuerpo.

- Cómo te definirías?
- Un payaso que se pinta la cara, pero que se mata por la camiseta.

Dubois también se destacó por hacerle frente a los dirigentes corruptos, denunciando las oscuras acciones de los hombres que se encargan de destruir las categorías más humildes de nuestro fútbol. En 2003, por ejemplo, durante una entrevista en "Ascenso 950" por Radio Belgrano, dijo: "el presidente de Juventud Unida (Juan José Castro) nos ofreció plata para perder, para que ellos ganen y para que él entrara en una reelección de San Miguel. Rata inmunda, jugamos gratis e igual queremos ganar y nos ofrecen plata; igual, no la vamos a recibir… pero es un político, qué se puede esperar de él?".

No era una experiencia nueva eso de oponerse a las injusticias, claro. En 1995, según él mismo contó a los periodistas Walter Marini y Marcelo Massarino, se negó a ser sponsoreado por una gente que prometía cuarenta pesos por triunfo, solo había que poner su marca en la camiseta de Lugano. El equipo de Dubois llevaba tres victorias al hilo y la guita no aparecía. Suficiente para actuar. "Resulta que el primer partido que ganamos no nos pagaron, entonces decidí llevarme una cinta aisladora negra para taparme la publicidad de la camiseta. Pero justo en ese partido me la olvidé. Entonces, como había llovido, apenas salimos a la cancha hice como que me persignaba (todos los jugadores hacen eso, pero yo no creo en ninguna religión), agarré barro y me tapé la publicidad. La camiseta naranja quedó cubierta con barro. Me puteaban todos, hasta mis compañeros, no entendían nada, el sponsor se cagaba de risa de nosotros, entendés? No nos pagaban, y yo con esa guita viajaba. Después en la semana, la comisión se juntó y me querían suspender, pero no lo hicieron", declaró.

Entre las más grossas de sus historias, se encuentra una relacionada a un árbitro. "Una vez, jugando para Midland, enfrentábamos a Excursionistas en el Bajo Belgrano. En la segunda falta que hago, el árbitro Juan Carlos Moreno me saca la segunda amarilla y cuando me saca la roja, se la caen quinientos pesos del bolsillo; me zambullí al suelo, agarré la guita y me fui corriendo. Me seguían todos: el árbitro, los jugadores, cuerpo técnico, se armó un quilombo que ni te cuento. Adentro de la manga, rodeado, le dije al juez: ‘este es el premio que vos me sacas por echarme, hijo de puta’. Al final se lo terminé devolviendo porque sino me daban veinte fechas".

A mediados de 2005, se rompió los ligamentos y su club, Victoriano Arenas, no se hizo cargo de la operación. Las idas y vueltas terminaron alejando a Darío de la pelota, aunque mantenía la ilusión de recuperarse y volver. Se las arregló para subsistir laburando con la música. Tuvo una banda llamada Tributo Rock en honor a Vox Dei y también trabajó como sonidista.

El ex-zaguero central de Yupanqui, Lugano, Ferro Carril Midland, Deportivo Laferrere, Deportivo Riestra, Cañuelas, Deportivo Paraguayo y Victoriano Arenas, entre otros clubes, murió el 17 de marzo de 2008 en el hospital Paroissien del partido de La Matanza, en el que estuvo internado diez días. Dubois, de treinta y siete años, no pudo recuperarse de las heridas sufridas en un ataque del que fue víctima una noche de principios de mes por delincuentes que lo balearon en una de sus piernas y en el estómago, luego de haber abandonado una sala de recitales en la localidad de Isidro Casanova, donde se desempeñaba como sonidista para ganar su sustento diario.

Es que la historia de este singular personaje del ascenso argentino, que jugaba con la cara pintada para dar cuenta de su fanatismo por el Black Metal, no dio para las primeras planas de los diarios. La suya fue la típica vida de "un laburante del fútbol". Tanto que Dubois se vio obligado a dejar la actividad, tres años antes, porque no pudo costearse una operación de rodilla por una rotura de ligamentos cruzados, mientras actuaba para Victoriano Arenas, su última institución. Es que ni el club de Valentín Alsina ni Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA) se hicieron cargo de la intervención quirúrgica.

Que en paz sigas descansando, Darío.




Fuente: En Una Baldosa


3 comentarios:

  1. Que gran personaje, iré a investigar mas de él. Gran aporte.

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  2. Hoy pasé a visitar a un amigo que tiene kiosco y en la computadora tenía puesta una nota sobre este tipo, (yo conocía la historia). Una lástima el final...

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