(click en la imagen para agrandar)
Tercera visita como solista a pagos argentos de uno de mis guitar heroes  predilectos, junto con Steve Vai; Nuno Bettencourt y Richie Kotzen,  entre otros. Estoy hablando ni más ni menos que de Paul Brandon Gilbert  (50), uno de los músicos más queridos y respetados dentro del mundo del  Hard & Heavy a nivel mundial, no solo por su carisma; humildad y  buena onda, sino también por su versatilidad y técnica con la guitarra.  Personalmente, tengo la fortuna de escuchar a Gilbert desde sus origenes  en 
Racer X, precisamente de mano de 
"Scarified", el tercer track de 
"Second Heat", segundo disco de los antes mencionados 
Racer X. Un tema instrumental que tengo presente al día de hoy, aún después de treinta años de su edición (
"Second Heat" cumple su trigésimo aniversario en dos días, el 11 de febrero).
Al  agotarse las localidades para la única fecha prevista en Buenos Aires  para el domingo 5 de febrero, la producción anunció una segunda  presentación para el día siguiente en el mismo recinto palermitano, The  Roxy Live. A esta nueva fecha fue que me apersoné desde temprano con el  objeto de tener tiempo suficiente para humedecer mi garganta previo al  show de Paul. Para mi sorpresa, cinco minutos antes de las 20:00, una  linterna se asomó y comenzó a hacer señales desde el telón cerrado del  escenario, dándome a entender que habría un show a modo de entremés.  Dicho y hecho, a las 20:00 clavadas salió a escena 
Neuroina, banda local de Hard Rock alternativo en plan 
GN´R/
Velvet Revolver  que cautivó a varios con su sonido pero no a tantos con su propuesta,  posiblemente por no tratarse de la más indicada para la fecha en  cuestión. Los muchachos ejecutaron una interesante versión de 
"Immigrant Song" de 
Led Zeppelin, combinada con 
"Rocket Queen" de 
GN´R.  Dada la propuesta e incluso el sonido de la banda (principalmente de  uno de sus guitarristas) era de esperarse un cover de los Guns.  Promediando el set de 
Neuroina, el trío liderado por  Paul Gilbert se hizo camino entre el público hacia el escenario, momento  en que la adrenalina provocada por la ansiedad comenzó a aflorar entre  los presentes.
A las 20:55, la misma linterna de hace una hora  atrás comenzó a hacer señales al sonidista e iluminador en clara señal  que el show principal estaría por comenzar. Y así fue: a las 21:00 en  punto y al grito de "are you ready?", el telón se abrió y los  protagonistas de la noche aparecieron. Me estoy refiriendo a Paul  Gilbert y a quienes lo acompañan actualmente: el austríaco Thomas Lang  (baterista, multi-instrumentista, compositor, productor y sesionista de 
Robert Fripp y 
Peter Gabriel entre otros, descrito por Peter Wildoer de 
Darkane  como un "baterista de baterista" y citado por el mismísimo Mike Portnoy  como un baterista al que no puede replicar) y el bajista Pete Griffin (
Zappa Plays Zappa, 
Terry Bozzio... ), quien me cayó excelentemente bien de entrada por el solo hecho de vestir una remera de 
Legend Of The Seagullmen, proyecto de Brent Hinds de 
Mastodon y Danny Carey de 
Tool.  El trío, que gracias al fuego sagrado de sus integrantes sonó a sexteto  en todo momento, dio comienzo a su set de la mano de lo que Gilbert  denomina 
"Massive Medley", un combinado de más de veinte  minutos de duración que comprende temas que abarcan toda la carrera del  guitarrista. Debo haber contado más de veinte fragmentos de temas  enganchados en este medley. Si existiese un galardón a la mejor apertura  de shows en vivo, sin duda alguna lo ganaría Gilbert, ovación mediante.  Algunos de los temas comprendidos en el medley fueron 
"Street Lethal", 
"Into The Night", 
"Scarified" (
Racer X), 
"Daddy, Brother, Lover, Little Boy", 
"Green-Tinted Sixties Mind", 
"A Little Too Loose" (
Mr. Big)  y otros, pertenecientes a su extensa discografía como solista. Una vez  concluído el medley, Gilbert deleitó a la audiencia con temas tales como  
"Everybody Use Your Goddamn Turn Signal", 
"Enemies (In Jail)", 
"I Am Not the One (Who Wants to Be With You)" (según el músico, la antítesis de 
"To Be With You", la balada que llevó a 
Mr. Big a la fama) y 
"Little Wing" de 
Jimi Hendrix,  entre otros. De la hora y cincuenta y tres minutos que abarcó el set,  la primera mitad fue prácticamente instrumental mientras que en la  segunda, Gilbert se animó a las voces en conjunto con Griffin, quien  demostró ser más que una remera bonita (y un bajista excepcional),  dejando todo en escena mientras daba cátedra con su instrumento y  acompañaba magistralmente en coros. En relación a Thomas Lang, quizás no varios estén familiarizados con el austríaco. Muchos, me incluyo, lo  conocimos en el casting que 
Dream Theater documentó en  DVD una vez que Mike Portnoy dejó de formar parte de la banda. En dicho  casting, siete fueron los candidatos a suceder al baterista y miembro  fundador de la banda. Se podrán imaginar que no cualquiera está a la  altura de Portnoy. Bueno, Thomas Lang sí, aunque eventualmente no quedó  seleccionado (finalmente fue Mike Mangini quien sucedió a Portnoy tras  los parches en 
Dream Theater). Por momentos, el show  fue más suyo que de Gilbert. Se llevó absolutamente todos los aplausos e  incluso hubo tiempo para que nos deleite con un impresionante y para  nada aburrido solo de batería.
Una vez finalizado el show, de la mano del punkoso 
"S.V.T." (cuarto tema de 
"Spaceship One"  de 2005, una canción de amor dedicada a un bajo que "hará vibrar tu  maldita cara" y "derretirá tus oídos como cubos de hielo") abandoné el  recinto con una sonrisa de oreja a oreja, que luego devino en una  risotada al escuchar a un fanático decir que usaría su guitarra para  hacer un asado... "total es al pedo". El mensaje no fue el mejor, claro.  Sobre todo para aquellos que se están animando a formar parte del mundo  de las seis cuerdas. Pero causó mucha gracia. Ojalá no pase mucho  tiempo para volver a ver a Paul en vivo. Así seamos un puñado de no más  de trescientas personas otra vez.