Codo derecho (aún) hinchado, fuerte contractura de espalda y cuello y hematomas varios por todo el cuerpo. Diagnóstico: exceso de hardcore+thrash.
Este fue el resultado de uno de los shows más violentos que presencié en mi vida: Hatebreed en vivo en El Teatro de Colegiales. Los de Jamey Jasta (frontman) realmente nos dieron duro y parejo. Pero hasta ahi nomás... al final te cuento.
Vayamos por partes. Llegué justo para el arranque de Minoría Activa, los reyes (a mi parecer) del injustamente infame Buenos Aires Hardcore. Me perdí a los anunciados Dar Sangre, Ventrella 357, Tiempo de Reacción, Knockout y Bajo tu Mismo Rostro, por lo que supongo el recital debe haber arrancado 18:00 en punto.
Personalmente, me quedo con el sonido de Minoría Activa del 20 de junio pasado, cuando telonearon a Biohazard en ese mismo recinto. Algo falló, algo no sonó como corresponde (el bajo y el 50% de una de las guitarras)
Finalizado el set de los locales y luego de unos casi 15 minutos (a las 21:30 para ser más preciso) se apagaron las luces, indicando que el pandemonio estaba cerquita... dicho y hecho, arrancaron los norteamericanos liderados por Jamey Jasta (luciendo alta remera de Sodom) quienes presentaron "For The Lions", último disco de estudio (con versiones de grandes temas de sus héroes, tales como Slayer; Black Flag; Misfits; Sepultura; Metallica y muchos más) Y no solo eso, sino que además re-presentaron a Wayne Lozinak. Y digo "re" porque se trata del violero original de la banda, quien reemplazó a quien lo haya reemplazado oportunamente: Sean M. Martin.
Vale aclarar, para aquellos que no están familiarizados con Hatebreed, que la banda no solo hace hardcore sino que además thrashea que da miedo. No es metalcore. No es 100% hardcore. De hecho, para mi es más thrash que otra cosa. Dicho esto, prosigo.
La banda nos hizo vibrar con temas de TODO su repertorio, incluídos "Ghosts Of War" de Slayer y "Thirsty and Miserable" de Black Flag, ambos temas del disco antes mencionado. Sonaron además "A Call For Blood", "Beholder Of Justice", "Empty Promises", "Perseverance", "Doomsayer", "Never Let It Die", "Last Breath" y, entre otros, el infalible "Destroy Everything", con el cual casi literalmente hablando, se vino abajo El Teatro.
Párrafo aparte para la cantidad de adeptos al mosh... principalmente del sexo femenino!!! Creo que no hubo momento en donde no me haya pasado por encima una misma niña, cuatro o cinco veces. Muchas de estas niñas, presentes además en el show de Biohazard, con todo el hardcore a flor de piel.
Voy terminando sin antes aclarar el "pero hasta ahi nomás... al final te cuento" del principio de esta review: el recital duró 70 minutos! Ok, recital hardcore, temas cortos, todo muy lindo... pero podrían haber tocado un poquito más, no?
Mi cuerpo: agradecido. Mi sed de hardcore: saciada a medias.
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