lunes, 28 de noviembre de 2016
Black Sabbath - Vélez (sábado 26 de noviembre de 2016)
Cuando el reloj marcó las 12:00 del mediodía, los truenos comenzaron a hacerse sentir. El cielo, que amaneció casi despejado, se ennegreció. El viento comenzó a soplar aunque no huracanadamente. Y así, la lluvia llegó. Y de qué manera. Personalmente, amo los recitales bajo la lluvia. Cómo olvidar aquel Vélez de 2001, con Deftones y los Chili Peppers (tal fue la lluvia que los locales Santos Inocentes y Catupecu Machu finalmente no fueron de la partida). Eramos tan pocos que terminé coreando "Headup" junto al Chino Moreno cuando se avalanzó sobre la gente. O Kiss en 2015, también en Vélez. No me lo olvido más: Simmons en lo alto del escenario haciendo "God Of Thunder", con rayos y relámpagos acercándose al estadio. Y ahora, la piedra angular del Heavy Metal, en el mismo recinto fortinero, con una tormenta que amenazó con quedarse pero que finalmente se disipó antes del arranque de la misa negra.
Quienes amenizaron la velada fueron los locales Viticus, banda liderada por Victor Bereciartúa; otrora bajista de Riff, y los norteamericanos Rival Sons. Los del canciller Vitico abrieron a las 19:00 de la mano de "Sordidez" e hicieron de las suyas durante casi media hora, ejecutando la friolera de siete temas, cinco de ellos pertenecientes a la banda fundada por el Gran Carpo. Buen sonido y excelente comunión con el público presente, que al ser sábado se apersonó al estadio desde el inicio para corear y poguear los temas de Riff. Párrafo aparte para el baterista Jerónimo Sica: la rompió en varios pedazos.
A las 20:00, "The Good, The Bad And The Ugly" de Ennio Morricone mediante, aparecieron los Rival Sons. En lo personal, no estaba muy interesado en verlos ya que la propuesta, en base a lo que había escuchado previamente, no me había interesado. Pero siempre fui de ver a todas las bandas en cartel, sea cual sea la ocasión. Más siendo sábado y teniendo tiempo para hacerlo. Volviendo a Rival Sons, no los conocía. Escuché poco y nada de ellos. Más nada que poco. Pero desde el arranque, con "Electric Man", no dejé de mover algún miembro de mi cuerpo. Hard Rock y Rock clásico en plan setentista-psicodélico con hammonds y panderetas constantes y excelentes bases y riffs (sobre todo ésto último). Y con un cantante que deja (y dejó) absolutamente todo en la cancha. Tanto que logró ponerme la piel de pollo en alguna que otra ocasión. Por momentos, me recordó a Robert Plant en sus años mozos. Los prejuzgué. Los tildé de hipsters con (mucha) plata. Y terminé bailando todos sus temas.
Una vez apagadas las luces del estadio y después de un video a modo de intro en donde el mismísimo demonio prende fuego todo y solo queda el logo de Black Sabbath (prendido fuego, claro), comenzó a escucharse la tormenta y las campanas que dan inicio al debut homónimo de los de Birmingham, editado en 1970, lo cual quedó como una perfecta sucesión natural de la tormenta vivida horas atrás. Sin anestesia, le siguió "Fairies Wear Boots" para deleite de todo el estadio. Y así fue durante todo el show. Clásico tras clásico, con una (muy) escasa comunicación por parte de Ozzy. Palo y a la bolsa. Nada de boludeces. Disfrute total. Uno de los puntos máximos de la noche, sin contar los obvios "Iron Man", "Children Of The Grave" y "Paranoid", llegó de la mano de "War Pigs". Mientras coreaba hasta los riffs del Gran Tony Iommi, veía gente llorando y lagrimeando alrededor. Gente de todas las edades. Baby Boomers. Generación X. Generación Y. Generación Z. Millenials. Gente que de una u otra manera creció escuchando a los pilares fundacionales de uno de los géneros musicales más ricos de la música: el Heavy Metal. Gente que disfrutó a pleno las casi dos horas de show, donde sus ídolos repasaron sus primeros cuatro discos más un poquito del séptimo, anteúltimo con Ozzy en voces. La mayoría (cinco para ser preciso) perteneció a "Paranoid", mientras que tres fueron los representantes de "Black Sabbath" y "Master Of Reality", uno de "Technical Ecstasy" y otro "Vol. 4", siendo trece los temas ejecutados por la banda.
Ocupación: no tan lejos del 70% que muchos pronosticaron, el Amalfitani debe haber albergado unas 45/50 mil almas. El vacío se sintió en el campo "VIP" (entre comillas, porque de VIP no tuvo absolutamente nada) y en las plateas bajas, seguramente producto del valor de dichas ubicaciones, excesivo si los hubo:
Sonido: al igual que el show de Kiss en 2015, también en Vélez, no hubo una torre de sonido central sino dos. Incluso las columnas de sonido en el escenario eran más y apuntaban a distintas direcciones. Desde mi ubicación en el campo (primero entre las torres y el escenario y luego en las torres) el sonido fue muy bueno. Siempre fue parejo. Quizás un poco más de voz hubiera venido bien. Pero en líneas generales fue muy bueno, principalmente la batería.
Protagonistas: Ozzy Osbourne (voz), Tony Iommi (guitarra), Geezer Butler (bajo), Tommy Clufetos (batería) y Adam Wakeman (teclados). Qué decir de los primeros tres que no se sepa, no? En menos de una semana, Ozzy cumple sus 68 años de edad. Iommi ya los tiene. Y a ésto, hay que sumarle que de pibe perdió la falange de dos dedos de su mano derecha, hoy reemplazados con dos prótesis de goma, y que no hace mucho tiempo atrás (estamos hablando de semanas) el cáncer que lo aquejaba desde principios de 2012 entró en remisión. Geezer está intacto. No se explica cómo sigue tocando el bajo como lo toca con esos racimos de plátanos que tiene por manos. Y eso que es el más jóven de los tres: tiene 67 (?). A Adam (hijo de Rick, legendario tecladista de Yes) lo conocemos por medio de la carrera solista de Ozzy. Incluso grabó los teclados de "Scream", décimo primer registro solista de Ozzy, editado en 2010. Y Clufetos, que ocupa el espacio que "rechazó" Bill Ward en la reunión de la banda, no solo cumple sino que es de esos que transpiran la camiseta, dejando todo en escena. Obviamente al ser el más jóven de la banda (36) es el que tiene su espacio, solo mediante, para que el resto descanse (o "descanse", lo que Uds. consideren) después de más de una hora ininterrumpida de show. A Ozzy se le perdona todo. La escasa comunicación con el público. Que solo levante los brazos y se aferre estáticamente al micrófono (y nada más que eso). Que entre a destiempo. Que desafine. Que no llegue a todas las notas donde llegaba hace casi cuarenta años atrás... los quiero ver a Uds., perfeccionistas, a la edad de Ozzy y con todo el Rock que tiene encima. Yo, personalmente, no llego.
Si bien dicen, y así todo parece indicarlo, que esta es la despedida definitiva, los Sabbath están como siempre. Es decir mejor que nunca. Si llegase a haber sido la última, pues resta agradecerles todo lo que hicieron por la música y por los miles y miles de seguidores que somos alrededor del mundo. Porque si algo aprendimos de Sabbath, entre otras cosas, es que nunca hay que rendirse. Nunca hay tirar la toalla. Nunca hay darse por vencido. Si no, pregúntenle a Iommi.
Setlist:
01. Black Sabbath
02. Fairies Wear Boots
03. After Forever
04. Into The Void
05. Snowblind
06. War Pigs
07. Behind The Wall Of Sleep
08. N.I.B.
09. Rat Salad
10. Iron Man
11. Dirty Women
12. Children Of The Grave
13. Paranoid
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Muy buena nota! No pude ir pero me transmitiste mucho! Muchas gracias!
ResponderEliminarhttp://rockhard-ridefree.tumblr.com/image/153826512356
ResponderEliminarQue garrón que no haga la gira Bill Ward
Harry Haller ✠