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Un año, ocho meses y dieciocho días. Seiscientos treinta fueron en total los días transcurridos desde la última visita de los suecos Opeth a territorio argentino, también en el palermitano Groove. Para quienes seguimos a la banda, pareció haber sido mucho más. La espera se tornó insoportable. La manija producto de la misma, ni les cuento. Pero finalmente, el día llegó. Y de la mejor manera posible: acompañado de una feroz y potente tormenta que oscureció los cielos porteños desde las 18:00. Apenas pasadas las 20:00, me apersoné al recinto para encontrarme con los míos, precisamente en la barra, uno de mis lugares favoritos después del escenario, claro. Para mi sorpresa, hubo banda soporte. Personalmente, desconocía tanto de la existencia de soportes para la fecha en cuestión (recordemos que los de Lars Mikael Åkerfeldt suelen tocar solos) como la propuesta e incluso existencia de la banda que amenizó la velada previo al show de Opeth. Cuando logré acomodarme entre la gente, culminó el show. Tarea para el hogar: averiguar sobre la existencia de esta banda. Crítica constructiva a la organización (y a la banda): comunicar sobre la existencia de soportes. Hay gente que disfruta conocer bandas nuevas. Hola. Me incluyo.
Unos minutos luego de las 21:00, las luces se apagaron, la gente gritó eufórica y mientras sonaba "Through Pain To Heaven" de Popol Vuh, los protagonistas de la noche se fueron acercando a sus respectivos instrumentos para dar comienzo al show, precisamente de la mano de "Sorceress", tema que le da nombre al último registro de estudio de la banda y que vinieron a presentar en el marco del Sorceress World Tour. Una vez terminado el tema, la gente gritó aún más eufóricamente y cuando las voces callaron apenas un poco, se comenzaron a escuchar propuestas de temas por parte del público, ganando por mucho "Ghost Of Perdition", tema que siguió a continuación para la locura de toda la audiencia. Recordemos que Åkerfeldt amagó con "GOP" durante su última visita y prometió hacerlo la próxima, o sea ayer. Además de ser un excelente músico, Mikael cumple sus promesas. Recordemos además que Opeth no toca el antes mencionado "Ghost Of Perdition" desde su primera visita a Argentina, el día 3 de abril de 2009 en The End. La banda ejecutó dos temas de "Sorceress" y uno de cada uno de sus discos, menos de "Orchid" y "Morningrise", sus dos primeros registros de estudio. Una lista de temas soñada y sin privaciones de growls o guturales por parte de "Miguelito", tal como se presentó ante su público. De hecho, hubo muchísimos y ejecutados impecablemente. El tipo sigue intacto, no hay con qué darle. Y como frontman, es envidiable. No grita, de hecho habla muy calmadamente entre tema y tema y hasta susurra. Y así y todo, logra volver loca a la multitud. Es gracioso. Es ácido. No habla de más. Y además de tocar magistralmente la guitarra y cantar como los dioses, es agradecido. Åkerfeldt no es el típico rockstar que agradece por demagogia. Agradece con sentido. Y se pone al público en el bolsillo como pocos. Anoche, por ejemplo, confesó que probó chinchulín (para aquellos no familiarizados con esta achura, se trata del intestino delgado de la vaca, considerado una delicia entre los amantes de la parrilla) y le pareció "un pedazo de mierda". En lugar de abuchearlo, la gente se rió y lo aplaudió a más no poder. Será por cómo lo dijo o porque entre los presentes habría muchos detractores del chinchu, no lo se. Fue muy gracioso verlo acercarse al uruguayo Martín Méndez para que le sople al oído cómo se llamaba la achura en cuestión. Otro gran momento de la noche, ajeno a lo musical, fue cuando el frontman presentó a la banda y le llegó el turno al baterista Martin "Axe" Axenrot, momento en el que Åkerfeldt ofició de sonidista, nombrando cada cuerpo y platillo del set antes de nombrar a "Axe" para los aplausos pertinentes. Párrafo aparte para Méndez: parco como buen charrúa, pero también muy agradecido con su gente. Como para no estar agradecido por los aplausos que se lleva producto de cómo toca el bajo. Versatilidad pura la de Méndez, quien pasa de un clima bien al piso a un death metal extremo sin pestañear. Sobresaliente además lo de Fredrik Åkesson: me parece a mi o toca cada día mejor?
Luego de habernos declarado su amor, Åkerfeldt; Méndez; Axenrot; Åkesson y Wiberg posaron para las fotos, reverencia mediante, y se despidieron hasta nuevo aviso. Larga vida a esta clase de músicos. Larga vida a Opeth.
Setlist:
01. Sorceress
02. Ghost Of Perdition
03. Demon Of The Fall
04. The Wilde Flowers
05. Face Of Melinda
06. In My Time Of Need
07. The Devil's Orchard
08. Cusp Of Eternity
09. Heir Apparent
10. The Drapery Falls
11. Deliverance
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